jueves, 25 de junio de 2009

A medias

Yo le daba todas las mañanas media taza de mi café, a medio paso entre el cortado y con leche, azúcar apenas, no demasiado caliente; media zucarita, media tostada y una medialuna entera (porque esa ya es media)
Medio buen día del que decía desganada en casa, y un cuarto de cepillo de dientes;
Todos mis pasos hasta la parada del 44, el boleto hecho un bollito;
Cada palabra y las medias de lana, mi bufanda rosa,
medio paraguas cuando llovía, mis lágrimas cuando lloraba;
Pero no era a medias que lo quería, sino de a montones, de a toneladas...
No sé porqué él decía que mi amor era como un caracol, lento pero baboso, que no camina pero igual avanza, despacito, despacito... y que se queda en la mitad porque no puede, aunque quisera, llegar a verte, acostarse en tu cama, dormir hasta el mediodía y perderse de mis mañanas, las únicas que te dan de mí a mitades, esas que a vos no te alcanzan.

jueves, 18 de junio de 2009

Me dijeron

Y en esta clase vacía de morrón veo un montón de sonrisas que escuchan, inertes, los pasos sin dar; un micrófono me habla de subjetividades y yo me pregunto porqué el centro nos busca, si dicen que la palabra nos gobierna.
¿De qué me hablan morrón? Te fuiste lejos y gris de volar volvés a tus palabras. Esta vez caminar te alejó de los recuerdos, y lo más angustiante no es la pérdida sino esta ausencia de color, lo que creemos saber.
Me dijeron que busco sonrisas que al principio encandilan, y que después, como luces de avenida se apagan... ¿Qué hago yo caminando por Esmeralda? Te veo caminar por Corrientes, nos movemos y no es inercia, morrón, nosotras las vemos, a todas, a todas, y ellas que nunca salen a caminar. No es el frío lo que me hace temblar, es el delineador que ya no pinta, son estas luces de más. Y como queriendo recordar con los ojos, aunque ya aprendimos que buscamos lo que no encontramos, en las calles, en los libros, en el diván... no es tan injusto al final que caminemos por Buenos Aires buscando lo que no hay.